Enamorados de la pobreza

Cuenta la leyenda que una nación cerró sus fábricas para vivir de extraer lo que no había costado ningún esfuerzo humano producir durante millones de años. Sus gobernantes creyeron que podrían mantener la estabilidad porque pensaron que la riqueza cae del cielo o sale del subsuelo por arte de magia.

Le llegó la hora a la desigualdad

Durante décadas la desigualdad se abordó con un discurso populista, en el que unos pobres envidiosos y atenidos buscaban que los ricos les regalaran parte de su fortuna.