La respuesta está en su capacidad nacional de competencia. Un análisis para la Cámara Colombiana de las confecciones.
En una economía abierta, como en la que participa Colombia, es imperante que parte de las necesidades de financiación de la inversión y el gasto se realice con ganancias del comercio exterior. En este sentido, las exportaciones son deseables, por lo que deben estudiarse las condiciones a favor y en contra que tiene el país para poder hacerlo. Una de ellas tiene que ver con el acceso a otros mercados, pero existe un factor que lo antecede: la capacidad productiva y competitiva. Esto determina qué se puede producir, en qué volúmenes y los costos asociados.
La competencia global es la capacidad nacional por ofrecer condiciones propicias para la producción y por ende para las exportaciones. Las naciones en conjunto, conformadas por sus instituciones públicas, los gremios, organizaciones sindicales, sociales, empresariales y académicas, entre otras, son las que determinan el entorno de negocios y sus posibilidades productivas.
Los países de ingreso alto han hallado una deseable combinación de los factores que se requieren para configurar niveles de producción que les permiten ser los mayores exportadores de mercancías. De acuerdo con la Organización Mundial de Comercio, el 78 % de las exportaciones son mercancías y de ellas el 67 % son manufacturas, de las cuales el 62 % son exportadas por tan solo diez países (Datos de la OMC: Información sobre el comercio y las medidas de política comercial).
La mayor parte de países de ingreso medio y bajo no han logrado crear dicho entorno de negocios favorable. Todavía nos encontramos enfrascados en discusiones ideológicas absurdas sobre quién y cómo crear riqueza, además de niveles de corrupción e ineficiencia descomunales que impiden procesos productivos de alta calidad.
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*Este documento ha sido elaborado para la Cámara Colombiana de las Confecciones, por Mario Alejandro Valencia con apoyo de Sneyder Rivera Sánchez y Laura Buitrago.
